Fecha de lectura: 14.10.2018
Nombre: La ciudad está triste.
Autor: Ramón Díaz Eterovic.
Año de publicación: 1987
Género: Novela policial.
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Empecé este libro con la firme convicción de que no me gustaría, principalmente, porque nunca había incursionado en la novela policial, sus temáticas, la forma de escritura y el contexto social que le da este autor.
Es uno de los principales escritores chilenos del género policial y su obra ha sido reconocida con numerosos premios y traducida a diversos idiomas.
Comenzó su escritura en la década de los ochenta y sobre su obra explica: "La novela policial ha sido para mi una perspectiva para hablar de temas sensibles en la sociedad chilena, como los detenidos desaparecidos, el narcotráfico, la carencia de una democracia real, las traiciones" (Revista Punto Final, 2002).
Las aventuras del detective Heredia han marcado su carrera de escritor y ya tiene con él más de una docena de novelas donde las intrigas y las sorpresas le dan a cada entrega una renovación al personaje. Además, el autor a tenido la creatividad para darle vida a este personaje que ya está en el inconsciente colectivo del mundo literario y que, gracias al género policial, ha sabido renovarse y mantener la intriga que envuelve a Chile. Hay una historia secreta que Heredia nos muestra en cada novela.
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La ciudad está triste es la primera de una serie de novelas protagonizadas por el detective Heredia, personaje que parece no importarle nada pero que en el fondo también puede amar.
En esta primera novela podemos ver signos claros de su carácter, un gran conocedor literario, pero también débil ante una mujer y con una gran complicidad con su amigo policía.
Es un detective privado que habita un departamento ubicado en uno de los más viejos barrios de Santiago, situado en las proximidades del río Mapocho, que cruza por el centro de la ciudad, a pocas cuadras de la Plaza de Armas.
En esta primera novela podemos ver signos claros de su carácter, un gran conocedor literario, pero también débil ante una mujer y con una gran complicidad con su amigo policía.
Es un detective privado que habita un departamento ubicado en uno de los más viejos barrios de Santiago, situado en las proximidades del río Mapocho, que cruza por el centro de la ciudad, a pocas cuadras de la Plaza de Armas.
Lo vi en esta novela, centrada en aclarar la desaparición de una joven universitaria que es buscada por su hermana y que finalmente no tiene un reencuentro de telenovela si no que es víctima de la oscuridad que ronda la historia del Chile de los ochenta. Su trama es un buen ejemplo de la búsqueda de verdad y justicia emprendida por muchos familiares de chilenos y chilenas que fueron detenidos y desaparecidos durante los años más oscuros de nuestra historia.
Con humor, sarcasmo, violencia y alcohol, se mueve por la ciudad de Santiago hasta lograr justicia, su propia justicia, porque la "oficial" está podrida.
"La ciudad está triste, es la metáfora de un país triste y bajo vigilancia".

Además, me encanta que en sus historias haya un personaje clave, su gato Simenon, su principal, y a veces única compañía, con él "sostiene diálogos que le sirven para reflexionar acerca de sus inquietudes existenciales o sobre los detalles de los crímenes que investiga".
Conocí al escritor en una actividad en la universidad, una persona muy amable que actualmente también escribe literatura infantil. Me contó cómo eligió el nombre del detective y resulta que lo buscó en una guía telefónica, buscaba un nombre fácil de recordar y que sonara bien, ahí encontró el nombre de Heredia.